Las autoridades de EEUU afirmaron hoy que siguen investigando las circunstancias en las que General Motors (GM) ocultó durante años un defecto mortal en sus vehículos, y que no han descartado imputar criminalmente a empleados del fabricante.
En una conferencia de prensa, el fiscal general del distrito meridional de Nueva York, Preet Bharara, explicó hoy que, aunque no imputará criminalmente a los actuales ejecutivos de GM, algunos empleados actuales y pasados del fabricante podrían ser imputados.
Bharara anunció que GM ha aceptado pagar una multa de 900 millones de dólares, 575 millones de dólares en indemnizaciones a las víctimas del defecto, así como la supervisión de un inspector federal que controlará durante tres años sus actuaciones en temas de seguridad y llamadas de revisión.
El fiscal señaló que «éste ha sido un caso muy difícil, especialmente para las familias de las víctimas que murieron en los vehículos de GM».
«Lo principal en nuestras mentes en todas las etapas de la investigación han sido las víctimas del sistema de ignición defectuoso», añadió el fiscal.
Bharara también señaló que el caso ha estado condicionado por las limitaciones de las leyes estadounidenses en temas de llamadas a revisión y que General Motors engañó al público: «No dijeron la verdad», subrayó.
El fiscal lamentó que no haber podido presentar, de momento, cargos criminales contra las personas responsables de ocultar durante casi una década el defecto, pero remarcó que «la ley es la ley».
Por su parte, el subdirector del Buró Federal de Investigaciones (FBI) en Nueva York, Diego Rodríguez, afirmó que «GM ocultó un defecto de seguridad tanto a los consumidores como los reguladores, lo que puso a los conductores en riesgo».
El inspector general del Programa de Ayuda a Activos Problemáticos (TARP), Christy Goldsmith Romero, añadió que GM podía haber evitado la instalación de los sistemas de ignición defectuosos por menos de un dólar por vehículo, por lo que dijo que las muertes provocadas fueron totalmente «evitables».
El fondo de compensación independiente establecido por GM determinó en agosto que en Estados Unidos han muerto 124 personas en accidentes causados por el defecto. Además, otras 17 resultaron con lesiones muy graves y 258 con lesiones graves.
El defecto del sistema de ignición afectó a modelos producidos por las marcas de GM antes de la creación de la nueva General Motors en 2009, y permite la desactivación involuntaria y repentina del motor del vehículo, lo que desconecta sus airbag. EFE